sábado, 8 de mayo de 2010

¿Derecho o imposición?


Desde hace aproximadamente cinco meses, acudo todos los sábados de 16:00 a 18:00 a un centro abortista de los numerosos que hay en Madrid, para dar información y alternativas a las mujeres que tienen problemas para poder traer a sus HIJOS al mundo.

Lo llamo centro por denominarlo de alguna forma, ya que el término de clínica estaría mal empleado, pues matar a inocentes no es sinónimo de medicina, aunque yo este siendo políticamente incorrecta.

Como iba diciendo, desde hace cinco meses que soy testigo directo de las continuas injusticias que se producen en nuestro país.

He visto centenares de jóvenes que han sido arrastradas por sus progenitores (no sé si el término de padres admitiría esta aberración hacia una hija) y han sido obligadas a abortar, sin dejar que tengan siquiera conocimiento de las ayudas ni de las posibles consecuencias que el aborto trae consigo.

También he visto el papel del machismo que hay detrás de todos estos abortos: hombres que amenazan con abandonar a la mujer si no decide matar y arrancar de sus entrañas algo más que un puñado de células.
He visto los intereses de esos centros, que niegan el derecho a los padres de ver la ecografía de su HIJO, para que sentimentalmente no se vinculen, porque el negocio del aborto, da mucho dinero.

Hoy he querido dar voz a todas estas mujeres que por miedo o porque no ven otra solución ven como único alternativa el aborto.

Estas coacciones no son los únicos problemas que he visto o presenciado en estos centros. Otro problema, por no decir el primero, es la gran falta de información que hay sobre las ayudas que la comunidad de Madrid ofrece a todas estas mujeres, al igual que la falta de información que hay sobre los efectos del síndrome post-aborto.

¿Por qué las mujeres se sorprenden cuando ven que hay ayudas que realmente ayudan?
Deberíamos unirnos para exigir al gobierno menos leyes que faciliten matar a tú hijo y más ayudas para poder tenerlo. Parece que el aborto más que un derecho es una imposición.

Las mujeres no abortan porque no quieran a sus hijos, las mujeres abortan porque no tienen trabajo, dinero; o porque la pareja las abandonan; o les amenazan con el despido...

Las mujeres de esta sociedad no tienen derechos, pues se les ha quitado el fundamental: poder ejercitar su maternidad.

lunes, 3 de mayo de 2010

A buen entendedor...


Puede que a alguno de ustedes le suene el nombre de Pablo Pineda. Algunos sabrán quien es y otros a lo mejor no. Bueno, pues yo os lo quiero presentar ya que he tenido la oportunidad de estar en una conferencia que dio en la Facultad de Educación de la UCM hace menos de un mes.

Pablo Pineda es una persona que a parte de acabar de hacer una película: Yo también, por la que ha sido galardonado por la interpretación, es también diplomado en maestro de educación especial, esta a punto de terminar la licenciatura de psicopedagogía y está preparándose para las oposiciones al Ayuntamiento de Málaga.
¿Qué tiene entonces esta persona de peculiar para que os la quiera presentar? Bueno, pues este gran hombre, tiene de especial que es síndrome de Down, para recalcar más, es el primer diplomado y futuro licenciado europeo con esta disfunción.

Cuando estuvo en la UCM, nos pusieron el making off de la película en la que él es el protagonista y luego él nos contó sus experiencias: lo que le costó, lo que disfrutó, etc. He de decir que es un hombre con un gran sentido del humor.

También aprovechó y nos contó lo que era para él un buen profesor: ‘‘Un buen profesor es aquel que sabe trabajar con todos’’.
Echó en cara los prejuicios que la sociedad tiene sobre las personas con discapacidades y añadió: “a la sociedad le queda mucho por avanzar. Hay que abrir la mente y actuar con más naturalidad […] Lo más difícil es demostrar a la sociedad que podemos”
Y luego pasamos a la ronda de preguntas, le preguntaron que con qué se quedaría él, si con el cine o con la educación y él aseguró que con la educación. Y ya llegó mi turno, en el que le pregunté que cuál fue la reacción de sus padres al enterarse que iban a tener un hijo con síndrome de Down y la actitud frente al aborto. La verdad es que aunque temía la reacción, me miro con su cara redondeada y sonriente y nos contó cómo fue (no es literal): ‘‘El médico no se lo dijo a mi madre, sino que fue a mi padre, para que veáis el machismo… luego mi padre fue el que se encargó de decírselo a mi madre, y su reacción fue la de llorar durante toda una semana, hasta que se dijo a sí misma que si derramaba alguna lágrima más iba a ser de felicidad y no de pena’’. Por supuesto lo del aborto no se lo habían ni planteado.

No sé qué pensarán los niños y hombres con discapacidades cuando se enteran de que ahora una mujer, por el mero hecho de tener un hijo distinto, tiene no solo la posibilidad de abortar, sino que encima se le facilita el aborto en lugar de facilitarse ayudas para poder sacarlo adelante.

Me cuesta creer que estemos viviendo en el siglo XXI, con todas las facilidades y un montón de estudios realizados sobre las distintas discapacidades y sus necesidades, y sin embargo tomamos la solución más sencilla: ELIMINARLOS…
Estamos viviendo en una sociedad egoísta en la que quieren meternos la comodidad en todos los aspectos, incluso en los morales, y nos creemos Dios decidiendo por la vida de los demás.

Gracias a Dios que aún quedan personas con un poco de sentido común como es Pablo, que no teme decir lo que siente: “Estoy orgulloso de ser Down. No hace falta llegar a lo que yo he llegado. Trabajar de barrendero es lo mismo que hacer una carrera. Lo importante es poder llegar a donde tú quieras”

http://cajamadrid.cronicasocial.com/anteriores/pg040426/comunidad/entrevista.htm

domingo, 2 de mayo de 2010

La gota que colma el vaso

Este curso, estoy cursando una asignatura que se llama ''Bases psicopedagógicas de la educación especial'' y la verdad es que es una asignatura muy bonita, en la que en el cuatrimestre pasado, ya que es anual, estuvimos viendo los diversos casos de niños con NEE. Tuvimos que estudiar las características de los Síndromes de Down, el síndrome de Patau, el síndrome de Williams y así muchos más.
La verdad es que era una belleza oir al profesor, porque los trataba como lo que son, NIÑOS, pero lo que es más, PERSONAS.

Un día, comentó que estos niños, suelen ser hijos únicos, porque los padres temen volver a tener otro hijo con algún problema, y nos puso el ejemplo de un amigo suyo que tiene dos hijos, uno síndrome de Down y el otro autista, y prosiguió diciendo que su amigo estaba super feliz con sus hijos y que se había convertido en un gran neurólogo gracias a sus hijos.
¿Cuál creéis que fue la reacción de mi clase? Por supuesto una saltó y dijo ''¿y por qué no se hizo la amniocentesis?'' y el profesor le preguntó ''¿y para qué?'' a lo que respondió mi compañera ''pues porque existe el derecho de la mujer a abortar''. ¡¡Toma ya!! y esto lo suelta en clase de educación especial, a un profesor que trabaja por estos niños y lleva todo el cuatrimestre intentando hacernos ver que son ante todo personas.
En fin, mucho hablamos de Hitler con los judíos, pero no creo que haya mucha diferencia con nosotros que parece que somos los que decidimos quienes nacen y quienes no.

Supongo que la gente sabrá que la prueba de la amniocentesis sirve para detectar si el niño viene con alguna malformación, pero ¿qué sentido tiene hacerse la prueba si no es para abortar? y si el niño tiene una malformación, ¿quién eres tú para decidir si debe nacer o morir? Y si en un futuro se dice que se ha demostrado que la gente rubia tiene más posibilidad de contraer cáncer, ¿nos cargamos a los niños que vayan a ser rubios? En fin, en esto se resume la lógica aplastante de muchos.